martes, 20 de octubre de 2015

Ilusión y realidad

De chavalejo con 13, 14, 15 años me gustaba mucho subir a ver los nidos de pájaros, pegas, milanos… Recuerdo que una de las formas de protegerme contra posibles caídas era que a ser posible cuando las ramas no eran muy gruesas debía de agarrarme de más de una a la vez para que si  una se rompía la otra me siguiera  sosteniendo hasta que buscase  la siguiente.    
  
Con frecuencia en este blog acudo a la palabra ilusión para enmarcarla como algo positivo y  necesario en  muchos de mis comentarios. Recuerdo esa frase que dice que donde hay ilusión hay vida. Realidad e ilusión son esas dos ramas necesarias y complementarias que nos permiten  seguir  caminando y subiendo  por la cuesta, por el árbol de  vida. La realidad es la que es y no se puede cambiar, pero la ilusión sí que la podemos adecuar en cada momento para que tire para adelante, más si la otra  rama, la  de  lo real quiere flaquear.

ILUSIÓN  REALIDAD
Algunas grandes ilusiones, para  grandes tiempos y etapas, y muchas pequeñas ilusiones para cada hora, cada día. Pues para un servidor una de esas ilusiones diarias es acudir en este blog a las estadísticas que me cuentan las personas que se pasan por aquí. Son pocas, apenas unas decenas, algún ciento en casos excepcionales, pero suficientes.  Porque además son las  que me importan,  las que siento  cerca de mí y en las que pienso cuando escribo todo esto. Con ilusión añadida compruebo la estadística el día que escribo un nuevo comentario, ese día normalmente  se multiplica, son muchos más los que entran,  lo cual no deja de ser un acicate para seguir colgando cosas.

—Padre me acuso que robe un ronzal. 
—Bueno, hijo eso no es nada. —Le contestó el cura que le            confesaba.  
 —Pero es que detrás del ronzal venía un burro. —Eso ya va siendo algo. —Decía el confesor.                                                   
 —Ya pero es que detrás de ese burro venía otro…    

Detrás de cada problema, puede haber una solución, otro problema.  También, puede haber y debe haber  una ilusión. Una ilusión y muchas más pequeñas y grandes como acicate para seguir luchando, trabajando, sufriendo, viviendo. Para llegar tocar esa esa gran ilusión, ilusiones de cada uno convertidas en realidad. Gracias por estar ahí.




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