De chavalejo con 13, 14, 15 años
me gustaba mucho subir a ver los nidos de pájaros, pegas, milanos… Recuerdo que
una de las formas de protegerme contra posibles caídas era que a ser posible
cuando las ramas no eran muy gruesas debía de agarrarme de más de una a la vez
para que si una se rompía la otra me
siguiera sosteniendo hasta que buscase la siguiente.
Con frecuencia en este blog acudo
a la palabra ilusión para enmarcarla como algo positivo y necesario en
muchos de mis comentarios. Recuerdo esa frase que dice que donde hay
ilusión hay vida. Realidad e ilusión son
esas dos ramas necesarias y
complementarias que nos permiten seguir caminando y subiendo por la cuesta, por el árbol de vida. La realidad es la que es y no se puede
cambiar, pero la ilusión sí que la podemos adecuar en cada momento para que
tire para adelante, más si la otra rama,
la de
lo real quiere flaquear.
ILUSIÓN ⇆ REALIDAD |
—Padre me acuso que robe un ronzal.
—Bueno, hijo eso no es nada. —Le contestó el cura que le confesaba.
—Bueno, hijo eso no es nada. —Le contestó el cura que le confesaba.
—Pero es que detrás del ronzal venía un burro.
—Eso ya va siendo algo. —Decía el confesor.
—Ya pero es que detrás de ese burro venía otro…
—Ya pero es que detrás de ese burro venía otro…
Detrás de cada problema, puede
haber una solución, otro problema. También,
puede haber y debe haber una ilusión.
Una ilusión y muchas más pequeñas y grandes como acicate para seguir luchando,
trabajando, sufriendo, viviendo. Para llegar tocar esa esa gran ilusión,
ilusiones de cada uno convertidas en realidad. Gracias por estar ahí.
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