martes, 17 de noviembre de 2015

Alguien nos hace nacer y nos morimos nosotros

La vida y la muerte, el día y la noche, la alegría y el dolor, el amor y el  desamor;  palabras antagónicas que engrandecen el significado de la una porque también existe la otra.  La vida la vemos como el don más preciado porque existe la muerte,  el día la luz la aprovechamos y valoramos más porque también hay noche, oscuridad. Cuando se ha pasado por el dolor es un acicate más para saber valorar cuando uno está bien. La soledad el desamor son más duros si antes ha habido amor.

Esta mañana me dijeron: se murió Santos el de nuestro pueblo. Hace dos días me comentaron: nació  la niña de Laura. Hoy pensaba yo: ¡Qué curioso!, cuando nacemos parece que nosotros no tenemos nada que ver;  nacemos porque venimos a este mundo sin que nadie nos pregunte,  sin que dependa de nosotros y  de ahí: nació fulanito, nadie  dice: se nació.  Sin embargo cuando morimos sí que se nos anota la muerte como una acción nuestra: se murió mengano.  Añadimos el pronombre reflexivo "se"  atribuyendo la acción al que se va,  igual que cuando podemos decir: se lava, se peina, para indicar que lo hace la persona de la que hablamos.  

Cada día, mientras esta noria en la que estamos subidos que es nuestro planeta Tierra, sigue dando vueltas,  días y noches, amores y desamores, alegrías y dolores;  unos nacen y otros mueren, como dice la canción de Julio Iglesias. Cada día para cada uno de nosotros es un poco volver a nacer, como el comienzo de un nuevo amanecer, una nueva vida,  para emprender una nueva jornada y también algo de morir, un día menos,  cuando ya  la noche acecha y el día se acaba ya.      
Igual que utilizamos el reflexivo "se"  cuando decimos "se murió" también deberíamos usarlo para decir "se vivió", para corroborar que aprovechó,  forjó, hizo su  vida, en vez de decir "vivió" que no parece  implicar  más que una mera  supervivencia.

Vida y muerte, todo un misterio
No sé cómo queda mejor para decir lo que siento: es un día triste de otoño o un triste día de otoño. En este caso pensando que mientras estoy escribiendo estarán enterrando  a Santos, creo que quizás las dos formas se complementen.  Un triste día de otoño porque está nublado feo, con niebla.  Un día triste de otoño porque es una pena y faena que las personas que queremos, apreciamos, conocemos; se vayan para siempre. Nos nacen y nosotros nos morimos. Inicio y final.  Nacer y morir.


                                                                 

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