viernes, 13 de noviembre de 2015

No siempre ir más despacio implica gastar menos.

Los niveles de contaminación en Madrid son realmente muy preocupantes
Imagen ABC
En los últimos días en las estaciones de la red de  medición de gases de Madrid los niveles de dióxido de nitrógeno han superado los 200 microgramos por metro cúbico, por ello al Ayuntamiento ha puesto en marcha una medida que consiste en reducir la velocidad máxima  de los coches  de 90 a 70 km por hora en la M-30 y vías de acceso.  Ayer  a las  seis de la mañana entró en vigor la citada norma, lo que al parecer  ha servido para producir monumentales atascos, y por consiguiente aumentar el consumo de combustible y de contaminación.

No sé estos lumbreras del Ayuntamiento con Carmena a la cabeza, de donde han sacado esa teoría según la cual circulando a menos velocidad se consume y contamina menos, porque no tiene que ser necesariamente así, depende: la velocidad ideal de un coche y en la que menos consume para hacer un recorrido, es aquella en que teniendo metida la marcha más larga posible va acelerado con las mínimas revoluciones necesarias para que el vehículo no pegue tirones y mantenga una velocidad estable sin necesidad de activar el acelerador. Si vamos de León a Madrid a nadie se le ocurre pensar que yendo a 50 gastaremos menos gasolina que si vamos a100. Para ir a 50 en un coche de 6 velocidades tendremos que ir en tercera como mucho en cuarta. Con las mismas revoluciones  si vamos a 100 y metemos la sexta marcha,  gastaríamos lo mismo por hora pero cómo tardaríamos la mitad en llegar, es fácil deducir que si vamos a 50 gastamos el doble más.

Pues lo misma pasa cuando cambiamos como hizo Carmena de 90 a 70. Porque ir a 70 por la M-30, ya sea un coche de seis o cinco velocidades, implica ir en una velocidad más corta aunque se vaya a las mismas revoluciones ello quiere decir el mismo gasto por hora, pero más tiempo para recorrer el camino, o sea que al final más consumo. Solamente en el caso de que el trayecto estuviera sembrado de semáforos o paradas podría compensar a efectos de consumo ir más despacio,  porque  los  acelerones harían  gastar más para llegar en cada arranque a dicha velocidad, pero eso no hace falta que lo diga Carmena, cada  conductor induce estos casos la velocidad ideal. Si se ve un semáforo a 200 metros a una persona normal no se le  ocurre  llegar  a meter la marcha más larga  para llegar antes.  

Que todas estas cosas tan elementales no estén en la cabeza de la Alcaldesa se comprende,  pero que no se dé cuenta todo un equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid, ya es para pensar algo raro. Si de verdad quieren quitar la contaminación que producen los vehículos a motor lo único que tienen que hacer es que circulen menos: propiciando el transporte público o imponiendo, en el sentido que sea, alguna prohibición para circular. Todo lo demás es marear la perdiz.

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