sábado, 26 de noviembre de 2016

Entre todos la mataron y sola se murió

Era un seminario para parejas en una universidad USA,  uno de los conferenciantes le pregunto a una de las mujeres: ¿Su marido le hace feliz? El marido levantó la cabeza como un pavo real  porque pensaba que su esposa diría que sí, ya que nunca se había quejado de nada en el matrimonio; pero resulta que la mujer respondió a la pregunta con un clamoroso  "No". El hombre estaba acobardado y desconcertado pero ella continuó: "¡mi marido nunca me ha hecho feliz y no me hace feliz! Yo soy feliz. El hecho de que yo sea feliz no depende de él, sino de mí, yo soy la única persona de la depende mi felicidad y la busco en cada situación y en cada momento... 

No creo que esta señora si su marido fuera un cantamañanas y no digamos ya un maltratador pudiera decir lo mismo pero por supuesto que todo lo que nos pasa en primer término y en gran parte depende de nosotros. Con frecuencia oímos: es  que la Constitución dice que tenemos derecho a  una vivienda digna, es que este gobierno no soluciona el problema del paro, es que hay malas carreteras, es que... Como uno mismo no se proponga tener vivienda y haga lo necesario, mal que le venga de tóntolis bóbilis, por mucho que lo diga la Carta Magna, como uno no busque trabajo, mal que se lo vengan a ofrecer a casa, cuando uno tiene un accidente el echo de que carretera estuviera mal no le justificara nada. 

Estos días hemos vivido el caso de la muerte  de Rita Barberá a consecuencia de un infarto tal vez por el acoso al que fue sometida. Unos dicen que lculpa es de los suyos, su partido que la apartaron y abandonaron, otros dicen que son los medios especialmente la Sexta y la Cuatro... Todos pretenden echar balones fuera, cuando la verdad es que todos deberían decir aquello de  "por mi gran culpa": esas televisiones basura que con tal de audiencia y publicidad sacan mierda de donde sea, aunque siempre del mismo lado, esos políticos, incluidos los de su partido que ven la paja en los demás y no la viga en ellos. Por supuesto echaremos de comer aparte a los miserables de Podemos  que  la sentenciaron de muy corrupta antes que cualquier juez y tuvieron la falta de humanidad para marcharse y no guardar un  minuto de silencio cuando los demás diputados lo hacían. 

Culpas y disculpas para escurrir el bulto y no afrontar cada cual su responsabilidad, para que sean los demás los que saquen las castañas del fuego.  Lo triste es que ya no nos sorprende a nadie porque estamos en lo de siempre. Puede que en ambientes tan hostiles como el que muchas veces nos rodea pueda uno como la señora, incluso ser moderadamente feliz, pero lo que está claro es que el país, la nación con esos "inquilinos" dirigiendo el cotarro, no puede llegar muy lejos. 

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