jueves, 16 de enero de 2014

Menos coche, más san Fernando

En el post anterior hablaba de la contaminación del Río Moro. Mucho adelanto pero después los plásticos, envases y basuras  se ven por todas  partes, como pasa en nuestro río.  Vivimos en una época de consumismo. Hasta el Gobierno nos dice que hay que consumir más para crear riqueza y trabajo. Lo que no nos dicen es que mucho de ese consumo  se traduce en más contaminación y degradación del ambiente y por tanto de la vida.

A todos nos gusta tener nuestro coche y no deja de ser una aspiración normal. Lo que ya no es tan normal es que lo utilicemos con cualquier motivo y sobre todo para viajes que podríamos prescindir perfectamente de él por ser el trayecto corto o tener la ocasión de otras múltiples maneras  menos  costosas y agresivas con el medio ambiente.  ¡Cuánta  gente lleva, llevamos; el coche a trabajar estando el trabajo a unos minutos a píe y sabiendo además que hasta nos vendría bien ir dando un paseo! ¡Cuantas veces nos cansamos a dar vueltas por la ciudad por intentar aparcar unos metros más cerca del objetivo  y al final lo tenemos que aparcar más lejos!...

Antes de que el coche estuviera al alcance de las clases trabajadoras, (lo que me parece muy bien)  la gente cogía el tren, el autobús, el coche de línea. Los famosos  coches de línea eran un pilar básico en la vida de los pueblos. Por Palazuelo  pasaban  Gradefes y Prioro que acercaban la gente a León por la mañana y la devolvían al pueblo por la tarde. También estaba el correo León-Sahagún que circulaba al revés que los anteriores:  a León por la tarde y al pueblo con el correo por la mañana. Era un auténtico espectáculo sobre todo los días de mercado, miércoles y sábados, ver la multitud de gentes del pueblo que iban a la ciudad en ellos. Y llevaban  de todo: uno un cordero, otro conejos, gallinas huevos, cualquier cosa que cupiera se podía cargar. Y no digamos la amenidad de las conversaciones y camaradería que a la espera y en el mismo coche se creaba entre todos los que viajaban.  Hoy en esos mismos pueblos, aunque no para feriar,  la gente se acerca a la ciudad,   en multitud de coches particulares en los que van, en la mayoría de los casos, una o dos personas en cada uno; lo que no deja de ser  un derroche económico,  también ecológico.
Como sigamos así, puede que
 sea lo que nos espera. 

Me he fijado en los coches, pero son muchos más los ejemplos en los que podríamos denunciar también todo eso. Nos deberíamos dar cuenta que aunque personalmente uno lo pueda  pagar; a medio, largo plazo es un desastre inasumible ese despilfarro de energías y contaminación que estamos generando  y como dije en el comentario anterior tenemos obligación moral de esforzarnos  por dejar este planeta llamado Tierra habitable y en condiciones para los que vienen detrás.




No hay comentarios:

Publicar un comentario